sábado, 16 de mayo de 2009

Secretos del pene, ¿por qué tiene esa forma?


¿Alguna vez, después de observar con detenimiento el pene, ya sea propio o de otra persona, te has preguntado por qué tiene esa forma? De acuerdo con el psicólogo evolucionista Gordon Gallup de la State University of New York en Albany, el pene humano es en realidad una herramienta impresionante , una elaborada por la naturaleza a través de miles de años de evolución humana. Seguramente se asombrarán de lo que su apariencia puede decirnos sobre la naturaleza de la sexualidad.

La forma de Gallup de estudiar el diseño del pene humano es un ejemplo perfecto de "ingeniería inversa", según se utiliza en el campo de la psicología evolucionista. Ésta es una técnica investigativa lógico deductiva para descubrir el propósito adaptativo o la función de rasgos físicos, procesos psicológicos o prejuicios cognitivos. Es decir, comienzas con lo que ves actualmente- en este caso, el pene extrañamente formado con su glande bulboso, su tronco largo y rígido y el pliegue coronal que forma un tipo de labio como sombrilla entre estas dos partes- y trabajas hacia atrás para averiguar cómo es que logró verse de esa forma. En nuestro caso, estamos hablando de penes, pero la lógica de la ingeniería inversa puede ser aplicada a cualquier cosa orgánica, desde la forma de nuestros incisivos, la oposibilidad de nuestros pulgares o el arco de nuestras cejas.

En el caso del pene humano, aparentemente hay una razón genuinamente adaptativa por la cual se ve como se ve. Si comparáramos objetivamente el pene humano con el de otras especies, podríamos darnos cuenta de ciertas características exclusivamente humanas. Primero, a pesar de variaciones en tamaño entre indivuduis, el pene humano erecto es especialmente grande comparado con el de otros primates, midiendo en promedio entre cinco y seis pulgadas de largo y en promeio unas cinco pulgadas de diferencia (ahí hagan las conversiones a centímetros, si les interesa). Incluso el chimpancé mejor dotado, la especie viviente más cercana a nosotros, no se acerca para nada a esto. Incluso, después de corregir por peso total y tamaño corporal, sus penes son como de la mitad del tamaño de los penes humanos tanto en longitud como en circunferencia.

Además de lo anterior, sólo nuestra especia tiene un glande distintivamente con forma de hongo, que se conecta al tronco del pene por un delgado tejido de frenulum (la delicada pielecita justo debajo de la uretra). Los chimpancés, gorilas y orangutanes tienen un diseño fálico mucho menos extravagante, más bien todo tronco. Resulta que una de las caracterísiticas más significativas del pene humano no es tanto el glande en sí, sino el pliegue coronal que se forma debajo. El diámetro del glande donde se encuentra con el tronco es mayor que el tronco mismo. Esto da como resultado que el pligue coronal que va a lo largo de la circunferencia del tronco se cree que es una pista evolucionaria importante sobre los orígenes de la extraña apariencia del pene humano.

Para los propósitos de esta investigación debemos considerar la evolución del pene humano en relación con la vagina humana. Estudios de imágenes magnéticas de parejas heterosexuales teniendo sexo revelan que, durante el coito, el pene típicamente se expande y ocupa todo el tracto vaginal, y con penetración total puede incluso alcanzar el cervix de la mujer y levantar su útero. Esto, combinado con el hecho de que la eyaculación humana es expelida con gran fuerza y a considerable distancia (hasta a 60 cm si no se contiene), siguiere que los hombres están diseñados para liberar el esperma justo en la porción más alta posible de la vagina.

Así, en un artículo teórico publicado en la revista Evolutionary Psychology en el 2004, Gallup y un coautor, Rebecca Burch, conjeturaron que "Un pene más largo no sólo sería una ventaja para dejar el semen en una parte menos accesible de la vagina, sino que el llenar y expander la vagina también asistiría en el desplazamiento del semen dejado por otros machos como medio de maximizar la posibilidad de la paternidad"
Esta "teoría del desplazamiento del semen" es la parte más intrigante de la historia de Gallup. Ya que las células del esperma pueden sobrevivir en el moco cervical de la mujer por varios días, esto significa que si ella tiene más de una pareja sexual masculina durante este periodo de tiempo, digamos dentro de 48 horas, entonces el esperma de estos dos hombre compite por el acceso reproductivo a su óvulo.

Entonces, ¿cómo es que la selección natural dotó a los hombres de la capacidad para resolver el problema adaptativo de que otros hombres impregnen a sus parejas sexuales? La respuesta, según Gallup, es que sus penes fueron esculpidos de forma tal que el órgano efectivamente desplazaría el semen de sus competidores fuera de la vagina de su compañera, un efecto bien sincronizado facilitado por el "succionamiento" por bombeo durante el coito. Específicamente, el pliegue coronal ofrece un servicio especial de remoción expulsando el semen forastero. Podría pensarse que lo anterior es plausible, ¿pero cómo demostrarlo experimentalmente? Pues resulta que Gallup, además de un brillante teórico evolucionista, es un muy talentado investigador experimental. En una serie de estudios publicados en el 2003 en la revista Evolution &Human Behavior, Gallup y un equipo de estudiantes puso a prueba la "hipótesis del desplazamiento del semen" usando genitales artificiales de distintas formas y tamaños. Incluso idearon la receta para varias tandas de fluido seminal realístico.

Así es como el estudio básico funcionaba: los investigadores seleccionaron varios conjuntos de genitales prostéticos comprados en sex shops, incluyendo una vagina de látex realista que se vendía como accesorio para la masturbación, la cual cerraron por un extremo para evitar fugas, y tres falos artificiales. El primer falo de látex medía 6.1 pulgadas de largo y 1.3 pulgadas de diámetro con un pliegue coronal que se extendía aprox. 0.20 pulgadas a partir del tronco. El segundo falo tenía la misma longitud, pero su pliegue coronal sólo se extendía 0.12 pulgadas desde el tronco. Finalmente, el tercer falo era igual a los anteriores en longitud, pero carecía por completo del pliegue coronal. O sea que el último falo era el caballero sin cabeza de los tres.
A continuación, los investigadores usaron su receta de semen simulado, que consistía básicamente de una mezcla de harina con agua, llevada a ebullición hasta que espesara, y después puesta a enfriar. Como se había predicho, los dos falos con los pliegues coronales desplazaron significativamente más semen de la vagina (cada uno removió el 91 por ciento), que el falo de control "sin cabeza" (35 por ciento). Adicionalmente, se observó que mientras más profundamente se insertaban los falos, se desplazaba más semen. Cuando el falo con el pliegue coronal más impresionante era insertado hasta tres cuartos del camino dentro de la vagina, sólo removía una tercera parte del semen, mientras que lo removió casi todo cuando se insertaba completamente. La inserción poco profunda, simulada por los investigadores insertando el falo artificial a la mitad o menos dentro de la vagina artificial, no lograba desplazar ningún semen. Así es que el consejo para llevar la delantera evolutiva es ir a lo profundo.

En la segunda parte del estudio, Gallup hizo una serie de encuestas entre estudiantes universitarios sobre su historia sexual. Estas preguntas estaban orientadas a determinar si el comportamiento penil podía ser predicho basándose en la sospecha de los hombres de infidelidad de sus compañeras. En la primera parte de estos cuestionarios anónimos, tanto hombres como mujeres reportaron que, a la luz de acusaciones sobre la infidelidad femenina, los hombres penetran más profundo y más velozmente. Resultados de un segundo cuestionario revelaron que, tras reunirse después de un tiempo de estar separados, las parejas se involucran en un sexo más vigoroso, es decir, comparado con la actividad sexual base donde las parejas se frecuentan más, el coito vaginal después de periodos de separación involucra penetración más profunda y rápida.

La verdadera belleza de la psicología evolutiva es que no es necesario que te la creas para que funcione precisamente de esta manera. A la selección natural no le preocupa si prefieres una explicación alternativa de por qué te vuelves tan intenso después de ser reunido con tu pareja. Tu pene seguirá con su tarea de desplazar esperma independientemente de tu explicación...

Información tomada de:
http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=secrets-of-the-phallus

No hay comentarios:

Publicar un comentario